Fin de la impunidad
La Corte Suprema le cerró la puerta a Guillermo Moreno: condenas firmes e inhabilitación perpetua
El exfuncionario kirchnerista fue encontrado culpable de conductas violentas y del uso de recursos estatales para fines partidarios. Su carrera política llega a su fin.
28 de Octubre de 2025
La Corte Suprema de Justicia ratificó dos condenas contra Guillermo Moreno, uno de los funcionarios más controvertidos del kirchnerismo, quien quedará inhabilitado de por vida para ocupar cargos públicos.
Guillermo Moreno confesó que volvería a sumar como candidato a Ezequiel Guazzora, condenado a 10 años de prisión por haber abusado de una menor: "Se equivocó, pero una vez que salga de la cárcel, lo volvería a convocar". https://t.co/YvryhSc3SB pic.twitter.com/lR1ydu4knH
— MDZ Online (@mdzol) August 1, 2025
El fallo pone punto final a una figura que simbolizó el uso del miedo como herramienta de poder y el desprecio por las instituciones.
Una de las causas se remonta a 2010, durante una asamblea de Papel Prensa, cuando Moreno, entonces secretario de Comercio, irrumpió con guantes de box y casco de sparring, amenazando a los presentes con frases propias de un matón político: “Acá no se vota nada, las mujeres para atrás y demos la pelea que hay que dar”.
Incluso, según la denuncia, se apagaron las luces y se tapó la cámara que grababa la reunión, dejando en evidencia la impunidad con la que se manejaba el poder en aquellos años.
La segunda condena, aún más grave, demuestra cómo se usaron fondos públicos para atacar a medios críticos. Entre 2011 y 2013, Moreno destinó dinero del Mercado Central a imprimir gigantografías y materiales con consignas como “Clarín Miente” y “Cadena Nacional del Desánimo”. En otras palabras, plata del Estado para financiar propaganda partidaria.
El exfuncionario fue condenado a dos años y medio de prisión en suspenso y, lo más simbólico, a la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Una sanción que lo deja fuera del tablero político y que representa un duro golpe al kirchnerismo, corriente que lo sostuvo, lo justificó y lo convirtió en símbolo de su modelo autoritario.
Moreno, que alguna vez se jactó de “disciplinar empresarios a los gritos”, terminó siendo disciplinado por la Justicia. Su caída marca también el ocaso de una forma de hacer política basada en la amenaza, la soberbia y la impunidad.
