Del casamiento en prisión al horror en Berisso: juraron amor eterno, pero él la mató frente a su hijo

La historia había comenzado en mayo, cuando la pareja dio el “sí” dentro del penal, en una ceremonia celebrada por el Estado provincial junto a otras nueve parejas privadas de su libertad. “Un paso hacia la reconstrucción de sus vidas”, decía entonces el Ministerio de Justicia bonaerense. Pero el 27 de julio, el final fue trágico.

Un mes después de casarse, Castro Oviedo accedió a la prisión domiciliaria con tobillera electrónica, pese a tener causas por dos homicidios previos. Se mudó con Yesica a una vivienda ubicada en calle 38 entre 129 y 130. También convivían con su hijo en común, mientras que los otros tres hijos de Yesica –una adolescente de 17 y dos mellizos de 14– vivían con su padre.

El femicidio ocurrió el domingo por la mañana. Yesica fue encontrada sin vida, con dos disparos por la espalda y evidentes signos de haber sido golpeada en el rostro. Nicolás, tendido a pocos metros, tenía heridas de bala en el ojo y el cuello, producto de un intento de suicidio fallido.

La Policía lo trasladó de urgencia al Hospital Larraín. Tras dos cirugías, permanece fuera de peligro, aunque con una fractura de cráneo y riesgo de perder la vista en un ojo. Está bajo estricta custodia de agentes de la DDI y la comisaría local, a la espera de la indagatoria que deberá tomarle la fiscal Cecilia Corfield.

Aunque la madre de Castro intentó instalar la hipótesis de un intento de robo, la evidencia recolectada descartó esa versión: se hallaron vainas servidas calibre 9mm, orificios de bala en el interior de la vivienda y marcas de golpes en el cuerpo de la víctima.

Nicolás Castro Oviedo tiene un historial criminal que incluye homicidios, tenencia de armas y encubrimiento, con antecedentes desde 2013. También Yesica estaba bajo una morigeración de pena por una causa de venta de estupefacientes.