Mariano Cúneo Libarona, un ministro de Justicia envuelto en polémica

La designación de Mariano Cúneo Libarona como ministro de Justicia generó controversia desde el primer momento. Su historial como abogado defensor de personajes vinculados a escándalos de corrupción, narcotráfico y encubrimientos judiciales lo posiciona como una figura cuestionada dentro del Gabinete.

Desde su rol en la defensa de Emir Yoma y Amira Yoma en el famoso "Yomagate", un escándalo de narcotráfico y lavado de dinero en los años '90, hasta su intervención en el caso AMIA, donde defendió al ex comisario Juan José Ribelli y terminó detenido por encubrimiento, Cúneo Libarona ha estado involucrado en situaciones que han despertado sospechas sobre su ética profesional. En ese episodio, fue acusado de coacción agravada y de haber ocultado pruebas claves en la investigación del atentado, aunque luego fue sobreseído.

Otro caso resonante fue su defensa de Guillermo Coppola, representante de Diego Maradona, en un proceso por drogas que resultó en el sobreseimiento del representante pero también reveló los manejos turbios de la justicia argentina. Este episodio consolidó su perfil mediático, pero también lo dejó marcado por su cercanía con el poder y sus controversiales estrategias legales.

Más allá de su trayectoria profesional, su vida personal también ha estado rodeada de misterio. Estuvo casado con Lourdes Di Natale, ex secretaria de Emir Yoma, quien en 2003 cayó desde un décimo piso en circunstancias que nunca fueron completamente esclarecidas.

Di Natale había denunciado a Yoma por su presunta participación en la venta ilegal de armas a Croacia, un caso que salpicó al Gobierno de Carlos Sául Menem y que Cúneo Libarona conocía de cerca.

En este contexto, su nombramiento como ministro de Justicia plantea serios interrogantes sobre la transparencia y la independencia del Poder Judicial en Argentina. Su cercanía con figuras del pasado oscuro de la política y la justicia, sumada a su historial de defensas controversiales, no hace más que reforzar las dudas sobre su idoneidad para ocupar uno de los cargos más sensibles del Gobierno.

La pregunta es inevitable: ¿Es Mariano Cúneo Libarona la persona adecuada para garantizar una justicia imparcial en Argentina, o su historia lo condena? Con un prontuario tan cuestionado, su gestión estará bajo la lupa desde el primer día.