Berisso y una problemática sin gestión: motos, ruidos y noches agobiantes

Según relatan quienes padecen esta situación a diario, las aceleradas, escapes libres y picadas improvisadas se intensifican cuando cae la noche, transformando las horas de descanso en momentos de tensión y cansancio acumulado.

La queja no es nueva, pero sí cada vez más frecuente. Vecinos aseguran que los ruidos se repiten durante semanas sin que exista una respuesta concreta por parte de los organismos de control, lo que alimenta la sensación de abandono y falta de gestión.

La pregunta se instala sola: ¿hay controles? Para muchos, la respuesta es negativa. La ausencia de operativos visibles, multas o secuestro de vehículos refuerza la percepción de que el problema no forma parte de la agenda de prioridades.

A esto se suma una contradicción que los propios vecinos remarcan: mientras existe una fuerte condena social a la pirotecnia por el daño que provoca en los perros y en niños con trastornos del espectro autista, poco o nada se hace frente a ruidos constantes y extremos como los de las motos, que generan efectos similares o incluso más prolongados en el tiempo.

Mientras tanto, quienes necesitan dormir para trabajar, estudiar o simplemente vivir con tranquilidad ven alterada su rutina por una problemática que parece no encontrar solución y que, lejos de disminuir, se naturaliza con el paso del tiempo.