
Tensión política
CABA enfrenta reclamos por fallos en su sistema de seguridad tras dos incidentes consecutivos
La liberación por error de un imputado con causas en Pilar y Salta encendió alarmas en el Ministerio de Seguridad.
19 de Septiembre de 2025

La seguridad en la Ciudad de Buenos Aires vuelve a estar en el centro de la polémica tras conocerse dos episodios en menos de un mes. El primero ocurrió el 17 de septiembre en la alcaldía número 4 de Parque Patricios, donde un preso identificado como R.E.R., de 35 años, logró fugarse sin ser detectado por los oficiales de guardia.
JORGE MACRI SALE A CAZAR VENDEDORES DE AJO EN VEZ DE COMBATIR EL DELITO
— El Megáfono de Quilmes (@MegafonoQuilmes) March 12, 2025
Mientras crece la venta de droga en Constitución, aumentan los robos y las fugas de presos, el jefe de Gobierno @jorgemacri pone el foco en los vendedores de ajo. La medida genera críticas. pic.twitter.com/8Bhq3tctt4
El interno había sido detenido en enero de 2025 y, según fuentes policiales, fue recapturado a las pocas horas, aunque el hecho generó malestar dentro de la fuerza.
El segundo caso es aún más grave: el 12 de agosto, un detenido identificado como G.E.F. (o G.A.L. en su identidad apócrifa), acusado en dos causas penales por delitos graves en Pilar y Salta, fue liberado por error de una comisaría porteña.
Según informaron fuentes policiales, los efectivos no corroboraron que el imputado debía continuar detenido por otra causa y lo dejaron en libertad, lo que derivó en un pedido de captura que sigue vigente.
Estos hechos reavivan las críticas hacia la gestión del jefe de Gobierno Jorge Macri y del ministro de Seguridad Horacio Giménez, quien asumió el cargo recientemente. Sectores de la Policía de la Ciudad expresaron sentirse “solos y no escuchados”, mientras vecinos y comunicadores exigen explicaciones y medidas para evitar nuevas fugas.
La situación recuerda episodios ocurridos durante la gestión de Waldo Wolff y Ezequiel Daglio, cuando una seguidilla de evasiones derivó en sus renuncias. Ahora, la presión vuelve a crecer sobre la administración porteña en medio de un clima social que reclama mayor control en alcaldías y comisarías.