Ya se palpita el clásico platense: ambos equipos en la cuerda floja y con la necesidad de sumar puntos

El contexto no es menor: mientras el equipo de Eduardo Domínguez busca no quedarse afuera de las competencias internacionales para 2026, el conjunto azul y blanco se quedó sin capitan del barco y pelea por algo mucho más urgente: mantener la categoría.

Como todo clásico, no hay lógica que valga. Pero esta vez, los condimentos sobran: realidades diferentes, presiones marcadas y un marco que promete ser una fiesta en la ciudad.

El presente del Pincha

El León llega con altibajos. Si bien se mantiene en zona de Playoffs, los números muestran una deuda con sus hinchas. La Libertadores ya no es posible por tabla anual, y la Sudamericana se alejó tras una seguidilla de empates que lo dejaron sin aire.

El mercado de pases fue ambicioso, pero el rendimiento no acompañó. Eliminado en octavos del Apertura y fuera de la Copa Argentina en dieciseisavos, Estudiantes no logró consolidarse en el torneo local. El equipo de Domínguez necesita una actuación convincente para despejar dudas y regalarle una alegría a su gente.

El presente del Lobo

Del otro lado, la situación es mucho más delicada. Gimnasia vive una temporada marcada por la irregularidad, las malas incorporaciones y los cambios constantes de entrenadores. Apenas ocho triunfos en todo el 2025 reflejan una campaña preocupante.

La falta de inversión y jerarquía en el plantel se nota fecha tras fecha.

Como visitante, el Lobo apenas ganó dos veces en el año —ante ATU y Sarmiento— y sabe que en UNO no hay margen para el error. Aun así, un buen resultado podría significar un envión anímico clave para encarar lo que queda del torneo.