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Viernes 28 de Noviembre de 2025

Polémica por gasto millonario

Weretilneck impulsa un alquiler de helicóptero por casi 7 millones de dólares y estalla la crítica en Río Negro

El gobernador pretende contratar una aeronave de alta gama durante cuatro meses, en medio de reclamos por falta de recursos en hospitales, escuelas y servicios esenciales. El pliego incluye condiciones que alimentan sospechas de privilegios y negocios cerrados.

27 de Noviembre de 2025

Alberto Weretilneck vuelve a quedar bajo el ojo de la tormenta. Esta vez, no por las sospechas que ya arrastra y que lo han teñido de polémicas durante años, sino por una decisión que descoloca incluso a parte de su propio espacio político: el gobernador quiere gastar casi 7 millones de dólares en el alquiler de un helicóptero de alta gama, en un momento en que la provincia atraviesa una de sus peores crisis económicas y sociales.

Mientras los hospitales carecen de insumos básicos, las escuelas reclaman infraestructura urgente y miles de familias no llegan a fin de mes, el mandatario rionegrino impulsa un contrato millonario para contar con una aeronave de uso exclusivo durante cuatro meses. El argumento oficial intenta disfrazarlo como una medida “para combatir incendios”, pero la cifra es tan exorbitante que incluso especialistas del sector señalan que no hay justificación técnica ni operativa que explique un gasto semejante.

El pliego, redactado a la medida de un aparato prácticamente de lujo, contempla entre 200 y 300 horas de vuelo, disponibilidad total las 24 horas y comodidades que nada tienen que ver con una supuesta emergencia ambiental. Lo que sí tiene, y mucho, es olor a negocio cerrado, a contrato armado y a otro capricho del gobernador, que ya mostró su fascinación por los vuelos privados cuando intentó contratar un jet carísimo para un traslado ridículamente corto.

No es la primera vez que Weretilneck exhibe una desconexión casi obscena con la realidad provincial. Vendió aeronaves del Estado bajo excusas débiles, intentó usar fondos públicos para traslados personales y ahora, fiel a un estilo que ya resulta indisimulable, pretende volar por encima de las necesidades urgentes de los rionegrinos.

La operación no solo es desproporcionada: es provocadora. En una provincia donde miles de trabajadores estatales sobreviven con salarios deprimidos, donde la obra pública está paralizada y donde el déficit en áreas críticas se profundiza, el gobernador insiste en un gasto que parece más un capricho de poder que una política pública.

Así, Weretilneck vuelve a confirmar que sus prioridades no son las del pueblo. Su verdadera agenda pasa por consolidar privilegios, ocultar decisiones poco transparentes y seguir engordando un esquema de gastos injustificables.

De narcogobernador a narcovolador: el salto no es tan grande cuando el Estado termina siendo tratado como un hangar personal, mientras la provincia cae en picada.

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