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Ruido en el PRO: rumores, reproches y la falta de explicaciones de Lospennato
La legisladora porteña electa sigue generando controversia...
17 de Septiembre de 2025

Desde el riñón del ex presidente Mauricio Macri, en el núcleo duro de Propuesta Republicana (PRO), llegó una frase que resume el ánimo: bronca. La molestia se concentra en la diputada Silvia Lospennato, a quien sus compañeros acusan de haber "cambiado el voto" en la sesión de la Cámara de Diputados y, con ese gesto, haber roto la disciplina que el bloque viene intentando sostener.
Según fuentes "off the record" dentro del PRO, la irritación no se explica sólo por el resultado de la votación: se deriva de una conducta que, aseguran, se repite.
En las reuniones de bloque se discute, se debate y se acuerda una postura común; pero, dicen los mismos interlocutores, en el recinto Lospennato opta por votar de modo distinto y, en varios pasajes decisivos, terminó apoyando iniciativas impulsadas por el kirchnerismo.
Lo que más molestó en los pasillos del partido fue la incoherencia política: Lospennato, recuerdan en el espacio macrista, supo erigirse como una defensora del equilibrio fiscal y de la ortodoxia en materia económica. Sin embargo, la imagen que dejaron las últimas votaciones es la de una diputada que se planta en la vereda opuesta.
"El año pasado defendió el veto al proyecto de financiamiento universitario; ahora vota en contra del mismo veto. ¿Qué cambió en un año?", se preguntan, y admiten que nadie (ni siquiera la propia diputada) dio una explicación convincente.
En los testimonios recabados en forma privada se insiste en que no se trata de un desacuerdo puntual sino de una conducta reiterada: votar distinto a lo que resuelve el bloque en temas estratégicos, como el equilibrio fiscal, termina por darle oxígeno al arco político con el que el PRO busca competir. "No es sólo una cuestión de disciplina: es la coherencia política del partido la que está en juego", plantean.
La bronca interna, según las fuentes, también tiene un componente práctico: cuando un diputado combina votos con el kirchnerismo en proyectos sensibles, obliga a la dirección del bloque a reorganizar estrategias, buscar aliados y, en la cancha legislativa, pagar el costo político de una derrota o de una imagen de debilidad. Ese malestar se traduce en reproches y gestos de enojo en las reuniones cerradas, donde la pregunta vuelve una y otra vez: "¿Por qué eligió ese camino?".
Desde adentro del PRO reconocen que existen divergencias y posturas distintas dentro de la bancada (una realidad habitual en cualquier espacio político), pero subrayan la diferencia entre un debate interno y la conducta en el recinto: "Se discute, se acuerda y se respeta", fue la consigna que muchos repetirían si se les pidiera una síntesis de lo que reclaman a la diputada.
Hasta el momento no hubo, en público, una explicación detallada de Lospennato que despeje las dudas internas. En los pasillos del partido esperan, al menos, un gesto o una aclaración que permita bajar la tensión. En ausencia de eso, la molestia (dicen) podría instalarse como una tensión persistente que complique la estrategia del PRO en el tramo que queda hasta las próximas definiciones electorales.
La votación de hoy, y la reacción que generó en el seno del PRO, abren un interrogante que trasciende a la figura de una legisladora: ¿Hasta qué punto la disciplina y la coherencia programática se podrán mantener en un bloque que busca mostrarse unido frente a adversarios políticos cada vez más activos? Desde el riñón del macrismo, la respuesta, por ahora, es de incomodidad y exigencia de explicaciones.
