
Berisso
Promotoras de salud de Villa Argüello: sostienen el sistema en los barrios, pero siguen sin salario digno
Las promotoras de salud del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) vienen desarrollando una tarea clave en Villa Argüello y barrios aledaños desde el año 2020.
20 de Agosto de 2025

Su rol se volvió indispensable en plena pandemia de Covid-19, cuando se pusieron al frente de la crisis acercando información confiable sobre la enfermedad, acompañando a las familias en el aislamiento, garantizando la vacunación y articulando con las instituciones para acercar respuestas a la comunidad.

Tras la emergencia sanitaria, su trabajo no se detuvo. Por el contrario, se amplió: organizan talleres, jornadas de salud integral y capacitaciones, siempre a partir de las necesidades que plantean los vecinos y vecinas. Además, muchas de ellas se formaron académicamente al realizar la Diplomatura en Promoción y Gestión de la Salud Comunitaria de la Universidad Nacional de La Plata, lo que refuerza su condición de trabajadoras de la salud con formación profesional.
Sin embargo, a pesar de esta trayectoria y responsabilidad, denuncian que su tarea continúa siendo invisibilizada por el Estado. Hoy perciben un ingreso de $78.000 mensuales a través del programa Potenciar Trabajo, monto que no solo está muy por debajo de la canasta básica, sino incluso por debajo de la línea de indigencia. “¿Quién puede vivir con $78.000 pesos al mes cuando la canasta básica familiar es de $1.000.000 y para no caer en la indigencia es de $500.000?”, expresan en reuniones y encuentros barriales.
Las trabajadoras explican que no tienen vacaciones pagas, aportes jubilatorios ni reconocimiento laboral alguno, y que su compromiso va más allá de los feriados o descansos. “Si nosotras no existiéramos, el acceso al sistema de salud de las familias sería imposible. Respondemos y actuamos ante las demandas de los vecinos”, remarcan.
Desde hace meses vienen reclamando al Municipio de Berisso el reconocimiento de su trabajo y la posibilidad de ser incorporadas formalmente al sistema de salud local. Sin embargo, tras varios encuentros con la Secretaría de Salud, las promotoras aseguran que no han recibido respuestas concretas.
Mientras tanto, siguen sosteniendo su tarea cotidiana en los barrios, convencidas de que la salud es un derecho y que su rol resulta imprescindible para garantizarlo en las comunidades más postergadas.
