
Luego del escándalo de espacios verdes
Entre fragancias de limón y contratos milmillonarios: la gestión de Baistrocchi bajo la lupa en CABA
El Gobierno porteño en el ojo de la tormenta tras controversiales gestiones.
24 de Junio de 2025

Pese a la caída de una licitación por más de 65 mil millones de pesos para el mantenimiento de espacios verdes meses atrás, nada parece cambiar en el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Más de 250 barrenderos. Casi 15 camiones recolectores. Más de 15 brigadas de acción inmediata. 15 hidrolavadoras. Más de 40 supervisores. 175 contenedores removidos y luego restituidos de forma preventiva.
— Ignacio Baistrocchi (@ibaistrocchi) June 18, 2025
La Plaza de Mayo ya está ordenada. pic.twitter.com/WCQipfNpwP

El discurso técnico de la anulación no convenció y esutilizado cuando los que deciden se apartan de la orden máxima. Oficialmente se argumentó que la estructura de zonas resultaba obsoleta, que los pliegos requerían una revisión y que era necesario "readecuar" el servicio. Pero los hechos cuentan otra historia: la licitación ya tenía ofertas evaluadas, zonas adjudicadas y empresas favorecidas.
Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha sido objeto de críticas debido a su gestión en áreas clave. Una de las principales controversias se centra en la limpieza urbana y la recolección de residuos.
A pesar de los esfuerzos por mejorar el sistema, se han reportado deficiencias en la higiene de la ciudad, con contenedores desbordados y basura acumulada en diversas zonas. Estas situaciones han generado cuestionamientos sobre la eficacia de los contratos con las empresas encargadas del servicio y la supervisión por parte del ministerio.
Antes de que Horacio Rodríguez Larreta declarara que en territorio porteño había olor a pis se podía leer en los medios que "para evitar el mal olor, en CABA rocían contenedores de basura con fragancia a limón". Fue una de las ideas de Baistrochi que declaró: "Sabemos que durante el verano el olor de la basura puede ser más intenso que durante el resto del año, por eso sumamos esta iniciativa que busca neutralizar e inhibir los potenciales malos olores de los contenedores".
Sin embargo los tachos de basura con olor a limón, la decisión de Baistrochi, generó burlas y memes en redes sociales. Era el presagio de lo que ocurriría más adelante.
La novedad es que ahora acaban de asignarle la Limpieza y Mantenimiento de Lagos del Parque Centenario a Control Ecológico SA, la empresa de Fernando Mario Miscione, aportante reiterado a las campañas del oficialismo.
Ganó la Licitación Pública 2406-0672-LPU25 por casi 300 millones de pesos. Exactamente 296.086.072,8 pesos, por ajustarse a los extremos exigidos en los pliegos que rigen la presente licitación pública y ser la primera en orden de mérito.
"No importa quién sea el jefe de la junta comunal de turno. Se llame como se llame acá en Caballito y el dueño del parque centenario es el 'rey de los lagos', Fernando Miscione" , dijo el titular de un medio vecinal.
La historia no es nueva. Desde 2008, con Mauricio Macri como jefe de Gobierno y Diego Santilli en Espacio Público, Miscione ganó la primera gran licitación para limpiar lagos porteños siendo la única oferente. A partir de allí, encadenó contratos y prórrogas hasta convertirse en proveedor fijo.
Sólo entre 2007 y 2018, su firma recibió más de 82.600 millones de pesos del Estado porteño. No por casualidad: fue, además, aportante financiero de Propuesta Republicana (PRO).
En junio de 2021, volvió a ser adjudicada para la limpieza del lago del Parque Centenario por más de 14 millones de pesos, repitiendo el mismo patrón: adjudicación sin competencia real, con firma de un presidente comunal alineado políticamente y con condiciones que favorecen a los de siempre.
"Polémica empresa volverá a limpiar el lago del Parque Centenario" se puede leer en una nota publicada por un medio vecinal en julio de 2021.
El caso más escandaloso llegó en 2018, cuando Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACuMaR) licitó el saneamiento del Riachuelo por 284 millones de pesos. El pliego exigía que la empresa adjudicataria contara con seis catamaranes con características técnicas muy específicas.
¿Quién los tenía? Solo Control Ecológico SA, que publicaba en su web las mismas patentes exigidas. La licitación fue finalmente anulada, pero según fuentes del sector, la empresa siguió prestando servicios sin contrato formal, cobrando igual.
"Maiscione es tan impune que se sacaba fotos con los políticos de turno. Con Larreta tenía un vinculo especial por la manera de gestionar del pelado. Es llamativo que Mauricio (Macri) y Orly (Terranova) no se lo hayan vetado aún a Jorge Macri", explica un ex funcionario.
"A igualdad de ofertas se preferirá la del oferente que detente la propiedad de dichos barcos", expresaba el pliego y agregaba que el catamarán deberá ser de los "que capture y vuelque los residuos en los lugares necesarios incluyendo las estaciones de trasferencia y con potencia de propulsión adecuada a su tamaño e impulsión por ruedas de paletas giratorias".
La escritura parecía realizada a medida ya que Control Ecológico publicaba en su web similares características de sus embarcaciones: "Contamos con las siguientes Patentes de Invención: Catamaranes autopropulsados con brazo pivotante hidráulico (captura, hiza y vuelca RSU). Catamaranes con cinta transportadora que compacta residuos. Dispone de cinta transportadora que eleva y vuelca los residuos colectados a un Colector trasero donde a través de un mecanismo hidráulico de compresión los compacta, posibilitando su escurrido, reduciendo así el volumen de residuos extraídos, y aumentando su capacidad de trabajo".
Lo grave no es solo la continuidad de estos actores, sino que el nuevo ministro, Baistrocchi, no cortó con esta lógica: la profundizó. Mientras se anuncia una revisión del sistema, las mismas empresas que durante años facturaron cifras millonarias siguen apareciendo en los procesos licitatorios. La caída de la licitación parece entonces una estrategia de control de daños, no un cambio de paradigma.
En una Ciudad Autónoma de Buenos Aires que habla de eficiencia, transparencia y profesionalismo, la política de Espacio Público parece regirse por otra norma: la del contrato garantizado para quienes ya financiaron la campaña. Con zonas verdes que esconden prácticas oscuras y un sistema de premios cruzados que sobrevive a todos los discursos de renovación.



