Caso Trovato
El dolor de un hombre víctima del abuso policial y su derrotero de 8 años en busca de justicia
El hincha denuncia que, pese a una condena penal dictada en 2024, los agentes siguen en funciones y la Ciudad continúa sin pagar la indemnización civil. El episodio le dejó secuelas físicas, económicas y emocionales que lo acompañan hasta hoy.
13 de Noviembre de 2025
Ariel Trovato tiene hoy 47 años y sufre la insensibilidad judicial y estatal a casi ocho años de haber sido baleado por policías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en inmediaciones del Obelisco, cuando, como hincha de River, festejaba haber ganado la Copa Libertadores en aquel recordado clásico con Boca Juniors en Madrid.
El hombre vive en la localidad de Laferrere, en el partido de La Matanza, y aún hoy reclama justicia concreta y una reivindicación económica que el Gobierno de la Ciudad posterga.
En diálogo con NOVA, Ariel volvió a contar un relato que lo atraviesa y acongoja. En la actualidad está de licencia en el trabajo por trastornos emocionales, atrapado por deudas y dolorido por las secuelas de los balazos que sufrió en la cadera y en la pierna derecha.
En octubre de 2024 se efectuó el juicio penal y hubo sentencia condenatoria para siete policías, pero los artilugios legales permiten que los uniformados sigan en la calle, sin cumplimiento efectivo de prisión.
“Además, el Estado mira para otro lado y se niega a pagar lo que tiene que pagar por el juicio civil. Mientras tanto tengo que pelearla con lo único que me quedó, una motito, y cada vez que me para la Policía no me salen las palabras por los ataques de pánico”, afirmó Trovato.
El hombre explicó que, en los primeros minutos de aquel 10 de diciembre de 2018, en medio de los festejos por el triunfo de River, hubo un par de disturbios, por lo que decidió irse.
“Soy hincha fanático de River y quería festejar, y todo fue una pesadilla. Fui a buscar mi moto, la que había estacionado en Belgrano y 9 de Julio, a unas diez cuadras del Obelisco. Me iba para mi casa de Laferrere, pero pasé con mi moto entre medio de una formación policial y me dispararon a quemarropa con postas de goma a un metro de distancia”, señaló Trovato.
El hombre no sabía que no podía pasar entre medio de policías y, por esa acción, sufrió dos balazos que le dejaron secuelas: fuertes dolores físicos y trastornos psicológicos como tristeza, angustia y bronca.
“No pude ir a la cancha nunca más, no pude jugar al fútbol nunca más y sufro afecciones que me complican la vida íntima. Estoy con tratamiento psiquiátrico”, contó el damnificado.
Ariel lleva 22 años trabajando en el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ahora se encuentra con licencia.
El hombre denuncia públicamente para que la justicia penal actúe y meta presos a los policías y para que la administración del gobierno pague la indemnización que corresponde.
Ariel contó que Teresa, su madre, una mujer de 80 años, lucha por justicia desde lo ocurrido: “Se encadenó en Plaza de Mayo, fue a la Casa Rosada, caminó todos los pasillos del Poder Judicial. Si no fuera por ella, esta causa la habrían archivado”, dijo Trovato.
El juicio oral cuenta con 600 fojas y se desarrolló en el Juzgado número 24. De la investigación surgió que deberá haber otro juicio, en el que en el banquillo de los acusados estarán cuatro policías de alto rango.
